Las últimas nieves caídas han dejado un paisaje de cuento en Valdezcaray y las pistas en perfecto estado para disfrutar del esquí y del snow. Esta pequeña y familiar estación de esquí y de montaña de La Rioja es ideal para pasar el día en la naturaleza practicando deporte, jugando con la nieve o haciendo rutas con raquetas rodeados de los picos más altos de la Sierra de la Demanda.
Valdezcaray está situada a 15 kilómetros de Ezcaray, en la cara Norte del pico de San Lorenzo (2.271 m). Cuenta con un gran parking y 24 pistas (6 verdes 6 azules, 10 rojas y 2 negras), con cerca de 23 km esquiables. Si aún no habéis probado el esquí, este es el lugar perfecto para iniciarse, tanto para niños como para mayores, y cuenta con un forfait con precio especial para principiantes (21 €). Puedes alquilar el equipo allí mismo y apuntarte a un cursillo con monitor o coger un profesor particular para aprender a hacer la cuña y deslizarte por la pendiente. ¡Te encantará!
Los no esquiadores también pueden disfrutar de los paseos por la cota 1.620 m (subiendo desde la base en telesilla, 4€) y tomar un café o un aperitivo en el bar rodeados de fabulosas vistas, aunque las más espectaculares, en días claros, están reservadas para los esquiadores que suben hasta lo más alto, a Campos Blancos, en la ladera del monte San Lorenzo, desde donde se divisan los Pirineos y hasta los Picos de Europa. También hay rutas en raquetas de nieve con guías expertos y esquí de travesía entre pinares y hayedos.
Uno de los mejores momentos de la jornada de esquí… ¡es cuando te quitas las botas! Después de un merecido descanso, te proponemos dedicar la tarde a pasear por Ezcaray, por su casco viejo con preciosos soportales, plazuelas porticadas, balcones llenos de flores, las fachadas de piedra rojiza y travesaños, y elegantes palacios como el de Torremúzquiz o el del Ángel.
El monumento más importante es su iglesia parroquial de Santa María la Mayor, construida en varias etapas (siglos XIV-XVI). Tiene aspecto de fortaleza medieval, construida con sillares de la piedra rojiza típica de la zona, contrafuertes cilíndricos y una gran balconada.
En la plaza de la Verdura, con la fuente en medio, tienes que prestar atención al edificio del antiguo ayuntamiento de Ezcaray, en concreto a la columna que conserva una argolla bajo el cartel de la Calle Sagasta. Cuenta la leyenda que aquel que tenía deudas con la justicia se libraba de ellas si tocaba la Argolla del Fuero. Y lo que también recoge esa misma historia es que esto solo ocurría cuando la zona necesitaba repoblarse y la justicia hacía entonces «la vista gorda».
Si preguntas por la plaza del Conde de Torremúzquiz, quizá nadie sepa indicarte. Pero si quieres ir a la plaza del Quiosco, que es como todo el mundo la llama, ahí no hay pérdida. Es, quizá, la estampa más típica de Ezcaray. Siempre llena de gente, de niños jugando y con los bares repletos. Las casas, con entramados de madera en sus muros y soportales con columnas de piedra, forman el casco histórico y bajo ellos se van alternando tiendas, bares y restaurantes.
Antes de salir de tapas, aprovecha para hacer acopio de los buenos productos de la tierra, como los caparrones (alubia roja), verduras, las famosas alegrías (pimiento picante), la morcilla de Ezcaray, las nueces de Pedroso, chorizo para hacer unas patatas a la riojana, quesos… todo eso y más lo encuentras en El Colmado (calle Sagastía, 5), Carnicería Mari (Sagastía, 18), Palacasa (Mercedes Mateo, 2) y en Garnacha Edulis (en la Travesía del Conde de Torremúzquiz), una tienda gourmet y vinoteca que cuenta con una gran variedad de vinos de Rioja que puedes degustar.
Las tiendas dedicadas a artículos de montaña también pueblan Ezcaray, con ropa de esquí, bastones para caminar y cestas y navajas para coger setas. Si buscas unos buenos calcetines de lana, los encuentras en Alarvi, y para entrar de verdad en calor, no puedes dejar de visitar uno de los comercios más tradicionales de la villa: Mantas Ezcaray (Cristóbal de Zamudio, 12).
Siguen fabricando las mantas de mohair con las antiguas artes de lavado, teñido y cardado de lana que instauró Cecilio Valgañón, su fundador, en 1930. Pero ahora ofrecen diseños originales y una gama de colores alegres, muy atractivos y, sobre todo, ¡son tan suaves y calentitas! También tejen bufandas, cojines, bolsos, abrigos y conservan el viejo telar y otra piezas artesanas en esta tienda-taller.
La tradición textil está escrita en la historia de la villa de Ezcaray desde mucho antes y otro de sus edificios más emblemáticos es la Real Fábrica de Paños de Santa Bárbara, que se fundó en el año 1752. Hoy acoge el Teatro, dependencias municipales y un albergue.
Hablar de comida y de cocina en Ezcaray es algo muy serio. Esta preciosa villa concentra un valor gastronómico sin igual en toda la provincia. Aquí se ha instaurado la buena costumbre de salir de pintxos, animada por la cantidad de vascos que tienen en Ezcaray su segunda (y cada vez más la primera) residencia y a la que acuden tanto en verano como en invierno. El Ubaga y Roypa (imprescindible la oreja a la plancha), son buenos sitios para tapear.
La barra de Casa Masip está siempre de bote en bote y se despachan sin parar sus famosos huevos escalfados, tortilla con ‘alegrías’ (ojo, que pica y mucho), las croquetas de jamón o las albóndigas, con la receta de Vicenta que a sus más de 80 años sigue mandando en la cocina, aunque son sus hijos, con Pedro Masip en los fogones, quienes han tomado el relevo. Si prefieres probar sus recetas en el restaurante, justo al lado, te recomendamos los platos de caza y setas, que bordan.
Frente a la iglesia, se encuentra el Hotel Echaurren. Una institución dentro y fuera de Ezcaray gracias a la labor de Marisa Sánchez que llevó a lo más alto de la cocina riojana su gastronomía y contagió de ese entusiasmo a su hijo Francis Paniego. Ella es la creadora de las croquetas de jamón y pollo más famosas y valoradas de España. Hay que probarlas obligatoriamente porque están buenísimas.
Los hermanos Paniego, con Chefe liderando la sala y la bodega, han tomado el testigo de su madre y llevan su particular cocina a la mesa del Echaurren Tradición, con esos platos intocables del recetario familiar y guisos riojanos (las patatas, menestra, caparrones…), y al restaurante El Portal de Echaurren (2* Michelin), donde Francis despliega todo su talento y creatividad cocinando el paisaje. Ambos restaurantes están dentro del Hotel (Relais & Chateaux), donde también hay un espacio de Tapas-Bar con terraza y fuera del hotel, en la calle de atrás, está El Cuartito, perfecto para ir con niños.
La oferta de alojamientos en Ezcaray y los pueblos de alrededor es muy amplia y variada. Cuentan con casas rurales y apartamentos turísticos con todo tipo de instalaciones y servicios, pensados para familias y grupos, como Apartamentos Alturzarra, Apartamentos La Buhardilla, Apartamentos La Demanda, Apartamentos Ubaga, Apartamentos Lladito, Apartamentos Roypa Plaza, los Apartamentos Rincones del Vino, ubicados en una fábrica textil del siglo XVIII rehabilitada que es Patrimonio Histórico y Artístico de La Rioja, o los Apartamentos Ezcaray, un edificio con 11 apartamentos de 2 a 6 plazas, muy bien equipados y decorados, que ofrece desayuno y comidas informales en la Cafetería Saúco, con repostería casera.
Hotel Echaurren. Fabuloso alojamiento que pertenece a la familia Paniego, ocupa una casa centenaria situada en mitad del pueblo. El hotel cuenta con 21 habitaciones dobles y 4 júnior suites, equipadas y decoradas al detalle. Ofrece paquetes gastronómicos con la experiencia de comer, cenar y hasta cocinar en el restaurante El Portal de Echaurren, 2 estrellas Michelin.
Hostal Casa Masip. Un acogedor hotel instalado en una casa solariega, con más de 150 años de antigüedad, que fue adquirida por la familia Masip para rehabilitarla y convertirla en un precioso hotel con 12 habitaciones que gestionan los hermanos Masip, con Angelines como encantadora anfitriona. También dispone de casas de alquiler en Zorraquín, El Caserío, una antigua casa pajar de principios del siglo pasado situada en la calle mayor 5, detrás del Ayuntamiento.
Hotel Palacio Azcárate. Casona palaciega del siglo XVII en la que se han mantenido sus históricas fachadas, sus especies de árboles singulares, protegidos, en sus jardines. Dispone de 20 acogedoras habitaciones y 1 suite, y ofrece paquetes con actividades tan variadas como la gastronomía, esquí, visita a bodegas, golf…
Hotel Pura Vida. Este hotel de diseño se encuentra a 4 kilómetros de Ezcaray, en Valgañón. Sus dueños, interioristas profesionales, han rehabilitado íntegramente el edificio en el año 2014, creando un hotel moderno, con 8 habitaciones que se distribuyen en dos plantas (tiene ascensor). El hotel es muy cómodo y muy acogedor, y en invierno se está de maravilla al lado de la chimenea. Además, dispone de terraza-bar y amplio jardín con porche.
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