Xevi es bombero forestal en la Comunidad Valenciana. Sabe lo que es estar en distinto tipo de emergencias, pero quizás ninguna como la que ha provocado la guerra de Ucrania tras la invasión rusa. Cuando se enteró de la posibilidad de acudir a la frontera polaca para llevar medicamentos y ayudar a dar una nueva oportunidad a algunas personas, no lo dudó, se embarcó con la ong “Bomberos por el Mundo” y “Juntos por la vida”. Ahora, su testimonio personal nos permite medir la dimensión de la tragedia y su experiencia profesional nos ayuda a saber qué es lo mejor que se debe hacer en situaciones como esta.
Pues si te digo la verdad, un poco “tocado”. Lo más duro ha sido la gestión emocional de lo vivido durante la misión. Y esto llega días después. Cuando ya estás en casa y empiezan a posarse las emociones de todo lo vivido. Durante la misión, es cierto que hay momentos difíciles, pero al estar centrados en la resolución de los problemas es como que algunas emociones se van quedando a un lado para poder seguir trabajando. Una vez en casa es cuando empiezan a venir a la cabeza imágenes y recuerdos de lo vivido y ahí es cuando toca gestionar todas esas emociones. Y a veces no es fácil hacerlo.
Con el momento en el que los niños empiezan a sonreírnos durante el viaje y “conectas” con ellos. Cuando ves que, al menos a ratos, somos capaces de hacerles olvidar todo lo que están viviendo y juegan y ríen. Que es lo que un niño debería hacer. Y con el abrazo de despedida. Eso me lo llevo dentro para toda la vida.
Los grupos de madres con niños llegando a Polonia desde la frontera, con un chubasquero de plástico y sus pocas pertenencias en una bolsa, caminando bajo la lluvia. Es muy duro ver como su anterior vida ya no existe y empiezan otra vez desde cero. Pero con “la mochila” de todo lo que han vivido. (y lo que les queda por vivir).
La imagen positiva: el momento en el que los niños empiezan a sonreírnos durante el viaje y “conectas” con ellos. Cuando ves que, al menos a ratos, somos capaces de hacerles olvidar todo lo que están viviendo y juegan y ríen
Es una sensación extraña. No puedo decirte que esté acostumbrado a este ambiente, porque a esto no se acostumbra uno nunca. Pero algunos de nosotros hemos estado anteriormente en otros lugares en frontera con zona de conflicto y es una sensación de calma tensa. Los pensamientos que pasan por la cabeza son del estilo: “Estas en un lugar en el que las cosas no pueden darse por hecho”. La línea entre la seguridad y los problemas es muy fina y hay que saber leer entre líneas. Y ante la duda saber “aceptar” cosas que en “casa” podrían parecernos injustas.
El mundo tiene reglas muy distintas en función del lugar donde te encuentres. En esta ocasión las situaciones que se han dado, no han sido peligrosas, aunque la incomodidad de algunos momentos no hay modo de evitarla. Hay que saber vivir con esto.
Sin duda. De hecho en la ONG “Bombers pel Mon” se sigue trabajando en el envío de material hacia la frontera y quién sabe si será necesario organizar otro convoy. Esperemos que no sea necesario porque la situación se solucione pero si hiciera falta, ya hay un equipo de personas dispuestas a marchar para allá.
Xevi descargando material a la llegada al campo de refugiados
Este es uno de los temas que siguen rondando nuestras cabezas una vez estamos en casa y empezamos a asentar lo vivido. Tenemos una sensación agridulce. Por un lado, muy contentos de haber podido sacar de aquel lugar a tantas familias pero por otro lado nuestra sensación es la de haber querido vaciar una piscina con un vaso de agua. Todos los días llegan muchas mujeres a los campos de refugiados buscando un destino para su familia y las ONG como “Juntos por la Vida” están haciendo una labor inmensa buscándoles casas de acogida pero hay un flujo constante de personas llegando a la frontera. Todos los días hay mucha gente que llega sin saber dónde dormirán esta noche o que darán de cenar a sus hijos.
Con el primer grupo nos comunicábamos con una APP de traducción simultánea. A veces no era fácil comunicar ciertas cosas así que había que simplificar mucho el mensaje. Cuando contactamos con el segundo grupo, tuvimos la suerte de que en una de las familias iba un venezolano, José, que llevaba varios años viviendo en ucrania y sabía hablar ruso. Así que él era nuestro traductor.
En el desayuno y en las paradas para comer o al llegar al destino, hacíamos un briefing y José traducía la información. Durante el resto del viaje, al ir separados en vehículos diferentes, utilizábamos la APP de traducción. José pudo abandonar Ucrania porque tenía permiso de trabajo pero no la nacionalidad. Hay veces que lo que en un momento de tu vida parece un problema, luego se convierte en la solución a otro problema más grande.
Por un lado, muy contentos de haber podido sacar de aquel lugar a tantas familias pero por otro lado nuestra sensación es la de haber querido vaciar una piscina con un vaso de agua. Todos los días llegan muchas mujeres a los campos de refugiados buscando un destino para su familia
Pues más fuertes de lo que puede imaginarse en un principio. De hecho seguimos en contacto con ellas ayudándoles a solucionar algunas cosas. Hemos estado muy pocos días conviviendo juntos pero ha habido vivencias muy intensas y este tipo de cosas unen mucho a las personas. Durante varios días hemos sido una gran familia en la que unos cuidaban de los otros. Cuando llegó el momento de las despedidas, los niños no querían irse. Algunos nos decían que éramos sus “tíos”. Es muy bonito y a la vez muy duro vivir esto. Mientras te cuento esto, se me hace un nudo en la garganta.
Cuando llegó el momento de las despedidas, los niños no querían irse. Algunos nos decían que éramos sus “tíos”. Es muy bonito y a la vez muy duro vivir esto. Mientras te cuento esto, se me hace un nudo en la garganta.
Ese es un tema que no se tocó en ningún momento. Cuando una persona está viviendo una situación tan dura como esta, la mejor asistencia emocional que se le puede brindar es centrar las conversaciones en el presente. En las necesidades de cada día. Para ellas el pasado ya no existe o es tremendamente doloroso y el futuro es demasiado incierto. Nuestro objetivo es que se sientan seguras y cuidadas y solo ellas son dueñas de sus emociones. Si quieren contar, estar dispuestos a escuchar, pero nunca preguntar.
Su camino solo acaba de empezar. Algunas de ellas ya saben que su casa está destruida o que han perdido a su marido. Ahora les queda volver a empezar pero con una “mochila” muy grande.
Cuando una persona está viviendo una situación tan dura como esta, la mejor asistencia emocional que se le puede brindar es centrar las conversaciones en el presente. Nuestro objetivo es que se sientan seguras y cuidadas y solo ellas son dueñas de sus emociones. Si quieren contar, estar dispuestos a escuchar, pero nunca preguntar.
Esa mujer llevaba varios días durmiendo en la estación con dos bebés, uno de poco más de un año y el otro de escasos meses. Y aún le quedaban dos días más allí. Hay veces que la vida te lleva a un cruce de caminos en el que debes elegir entre lo legal y lo moral. Y además con poco tiempo para tomar la decisión. Son decisiones que mucha gente, por suerte, no tendrá que verse nunca. Pero, cuando decides embarcarte en un viaje como este, tienes que salir de casa pensando que es muy probable que se den este tipo de situaciones y que decidas lo que decidas, no vas a tener una sensación de satisfacción. Son situaciones incómodas que siguen dándote vueltas en la cabeza muchos días después.
Al final, al enfrentarse a este tipo de decisiones, yo intento imaginar la situación con cierta distancia. Como si ya hubiera ocurrido y recordáramos la situación. Creo que ninguno de nosotros podría vivir con la imagen de abandonar a la mujer con los bebés en la estación. Hay cosas que no puedes tener en tu cabeza.
Hay veces que la vida te lleva a un cruce de caminos en el que debes elegir entre lo legal y lo moral. Y además con poco tiempo para tomar la decisión. Decidas lo que decidas, no vas a tener una sensación de satisfacción. Son situaciones incómodas que siguen dándote vueltas en la cabeza muchos días después. Ninguno de nosotros podría vivir con la imagen de abandonar a la mujer con los bebés en la estación
A la llegada a españa, en un puesto de Cruz Roja cerca de la Junquera con el resto del equipo
Creo que todos nosotros vimos a nuestra mujer y a nuestros hijos en esa estación de Varsovia…
En cierto modo si. Si hubiéramos sido detenidos en un control policial, eso podría haber complicado mucho las cosas. Este tipo de situaciones son así. No hay una decisión correcta. Hagas o que hagas, estás asumiendo un alto precio. Y tienes que estar dispuesto a “pagarlo”. Para mi ahí está la solución al problema. No me pregunto que estoy dispuesto a “pagar” si no con qué no podría dormir sobre mi conciencia. Pero esto no es válido para todos. Cada uno tiene sus mecanismos y todos deben ser respetados. Son situaciones difíciles y no tienen una única respuesta correcta.
No hay una decisión correcta. Hagas o que hagas, estás asumiendo un alto precio. Y tienes que estar dispuesto a “pagarlo”. Para mi ahí está la solución al problema. No me pregunto que estoy dispuesto a “pagar” si no con que no podría dormir sobre mi conciencia
Sin ellos, hubiésemos tenido problemas, nada más llegar, en la frontera con Ucrania con los militares polacos. Ha habido muchos secuestros y el ambiente está muy tenso con este tema. Los militares/policía no se fían de nadie (y hacen bien) y en cuanto intuyen que está habiendo transporte de personas, solicitan la documentación. Y para las viajeras también da mucha tranquilidad ver que llevas un documento del consulado que te identifica como misión humanitaria. Son ambientes muy confusos en los que a priori, nadie se fía de nadie y en los que se pueden dar situaciones muy complejas, por lo que no recomiendo a nadie que se embarque en algo así sin estar avalado por un organismo oficial. Ir sin la documentación necesaria es el mejor modo de acabar en una cárcel polaca por tráfico de personas. En Varsovia también nos requirieron la documentación.
Da mucha tranquilidad ver que llevas un documento del consulado que te identifica como misión humanitaria. Son ambientes muy confusos en los que a priori, nadie se fía de nadie y en los que se pueden dar situaciones muy complejas, por lo que no recomiendo a nadie que se embarque en algo así sin estar avalado por un organismo oficial
Xevi en su faena habitual
Los primeros días era un descontrol y muchas personas fueron con muy buena intención pero sin documentos. Y pasó lo que pasó. No nos olvidemos que cuando reina el descontrol, las mafias campan a sus anchas. Esto ha provocado que haya mucho control policial en el transporte de personas. Ahora mismo es prácticamente imposible recoger a alguien en un campo de refugiados o una estación sin que la policía te requiera la documentación. Por lo tanto, llevar la documentación en regla y colaborar con una ONG es imprescindible.
En un primer momento tanto las autoridades como las pasajeras no sabían muy bien lo que somos, si policías, militares, bomberos, …pero el primer juicio que hacen sobre ti es: “son alguien del gobierno. Están aquí para ayudarnos”. Es un modo de utilizar el lenguaje no verbal en tu favor. Necesitábamos ganarnos su confianza en el primer golpe de vista y los uniformes así como los vehículos oficiales ayudan mucho. De aquí viene la importancia de que los uniformes transmitan una imagen y que quien lo lleva lo haga correctamente. Hay veces que no somos del todo conscientes de lo importante que es la imagen que proyectamos. En un golpe de vista, en solo treinta segundos, el ciudadano se hace una imagen de ti, o positiva o negativa. Eso depende de ti, de cómo vistes, de cómo hablas. Y a partir de ahí, o partes de su colaboración o de su rechazo. Y hay que saber jugar con eso. Es parte de nuestro trabajo. Somos muy conscientes de ello, por eso decidimos utilizarlos en nuestro favor.
Necesitábamos ganarnos su confianza en el primer golpe de vista y los uniformes así como los vehículos oficiales ayudan mucho. De aquí viene la importancia de que los uniformes transmitan una imagen y que quien lo lleva lo haga correctamente
Xevi dirigiendo una práctica en su dispositivo de extinción de incendios forestales en la Comunidad Valenciana
Determinadas mecánicas de trabajo las tenemos interiorizadas. Briefings, walkis con canal de trabajo y canal alternativo, vehículos numerados, grupos internos de trabajo, logística, asistencia sanitaria,… En muchos aspectos organizativos es muy similar a otras emergencias como puede ser un incendio forestal, una búsqueda de personas desaparecidas o cualquier otra emergencia.
Y el hecho de ser un grupo interdisciplinar también ha hecho que funcionemos muy bien en los diferentes roles (en el equipo había bomberos estructurales, bomberos forestales, enfermeras,…). Cuando un grupo de personas trabaja con unas dinámicas comunes y con un objetivo definido, aparecen sinergias muy interesantes. En muy poco tiempo pasamos de ser un grupo a un equipo y eso es algo muy especial.
Cada una de las experiencias de este tipo te hace aprender un montón de cosas. Estas vivencias hacen que la siguiente vez, te veas venir algunos problemas antes de que sucedan y esto te ayuda a anticiparte pero siempre surgen cosas con las que no contabas. Es un aprendizaje constante. Cada situación es un mundo. Si que es cierto que cuanto más “mundo” tienes, más difícil es que una situación te pille totalmente desprevenido pero por muy rodado que estés, siempre ocurre algo que te sorprende.
Si volviéramos a hacer el mismo viaje de nuevo tengo muy claro como haría algunas cosas pero también sé que debo estar preparado para lo inesperado. Ahí está la parte enriquecedora de nuestro trabajo. Procedimentar las cosas para reducir las zonas de incertidumbre y tener la mente abierta al cambio.
Por un lado, debes mantener una cierta distancia con lo que ocurre a tu alrededor para poder tomar las decisiones adecuadas pero, por otro lado, al tratar con personas es imposible no empatizar. Y si en la ecuación hay niños aun es más difícil
Esta es una pregunta de muy difícil respuesta. Por un lado, debes mantener una cierta distancia con lo que ocurre a tu alrededor para poder tomar las decisiones adecuadas pero, por otro lado, al tratar con personas es imposible no empatizar. Y si en la ecuación hay niños aun es más difícil. Hay que intentar navegar entre la cercanía con las personas que están sufriendo y necesitan sentirse cuidadas y protegidas y la distancia emocional para que te afecte lo menos posible. Y cuanto más tiempo pasa, más difícil es hacer esto. De hecho en esta ocasión creo que no hemos sido capaces de hacerlo del todo. Pero en cierto modo eso es lo que nos hace humanos.